El estudio para abordar la posible circulación del Virus de la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo en zonas de riesgo se puso en marcha a finales de año, después de que se diagnosticaran los dos primeros casos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en humanos en nuestro país; un hombre falleció por fiebre hemorrágica tras picarle una garrapata en un campo en Ávila y la enfermera que lo trató debió permanecer ingresada grave en la UCI por contagio.
Los resultados publicados han identificado garrapatas infectadas, capturadas de animales silvestres, en municipios de siete de ellas, entre ellas la Comunidad de Madrid. No obstante, autoridades sanitarias informan de que el riesgo en humanos es “muy bajo”.
En concreto, se confirmó la presencia del Virus de la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo en garrapatas encontradas en municipios de cuatro zonas de Extremadura (Coria, Cáceres, Plasencia y Navalmoral de la Mata), una de Castilla-León (Sotillo de la Adrada, en Ávila), otra de Castilla-La Mancha (Oropesa, en Toledo) y la última en Madrid (San Martín de Valdeiglesias).
No se han encontrado resultados positivos en ganado doméstico con lo que, según los expertos, la probabilidad de infección en humanos en España se estima baja, aunque no puede descartarse que aparezca algún caso autóctono más.
El Virus de la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo puede ser mortal
El virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo causa brotes graves de fiebre hemorrágica viral y su tasa de letalidad puede llegar al 40%. No existe vacuna y se trata de una enfermedad endémica en África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia, según datos de la Organización Mundial de Salud (OMS).
La transmisión secundaria, de persona a persona, puede producirse por contacto directo con el enfermo o con sus fluidos biológicos, o indirectamente por contagio a través de objetos contaminados.
Tras la picadura de garrapata, la fase de incubación es de uno a tres días, con un máximo de nueve. Los síntomas comienzan de manera súbita, en forma de fiebre, dolor muscular, mareo, dolor y rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos y fotofobia. Puede haber náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y de garganta al principio, seguidos de bruscos cambios de humor y confusión. Al cabo de dos a cuatro días, la agitación puede dar paso a somnolencia, depresión y debilidad, y puede aparec
Los seres humanos se pueden infectar bien por la picadura de la garrapata o bien por el contacto directo con secreciones o fluidos de un hospedador animal infectado durante la fase aguda. Puede haber también transmisión entre personas en casos de contacto directo con sangre, secreciones o fluidos corporales de personas infectadas.
Precaución en el campo
Es muy importante prevenir cuando se hagan actividades en el campo: utilizar manga y pantalón largo, llevar botas cerradas con calcetines, ropa de color claro, caminar por la zona central de los caminos, evitar sentarse en el suelo en las zonas con vegetación y utilizar repelentes. Aquí podéis ver más recomendaciones para prevenir las picaduras de garrapata.
Si, a pesar de las precauciones, sufrimos la picadura de una garrapata, es importante saber qué hacer: debemos extraerla lo antes posible y evitar los remedios tradicionales como el aceite, petróleo o calor. Además, es primordial usar unas pinzas, sujetarla firmemente lo más cerca posible de la piel y tirar de ella suavemente hacia arriba. Por último, hay que limpiar bien la herida con agua y jabón.
El riesgo de contraer el Virus de la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo también afecta a nuestras mascotas. M.L. Guererro Campuzano, directora de la Clínica Veterinaria Agrizoo Villalba “recomienda protección contra garrapatas mediante pipeta y/o collar antiparasitario o pastillas para la prevención de parásitos externos en función de cada mascota”. Si existe alguna duda es importante asesorarse “acerca de cual es el método más recomendable para tu animal de compañía”.